Muchas veces nosotros queremos amar a Dios con todo el corazón, nos pasa a todos: queremos entregarle nuestro corazón y que sea El, el que gobierne en nosotros pero somos seres humanos con muchos defectos y pocas virtudes y bien sabe Dios de que le fallamos constantemente. Siempre el nos regala un nuevo día para volver a empezar y a amarlo con todo nuestro corazón, solamente tenemos que perseverar que así sea.
Tu no necesitas ver en tu vida signos espectaculares del Señor para creer en El, lo que necesitas es amarle con total y desinteresada sinceridad para poder ver sus manifestaciones amorosas. Tu fe debe descansar no en signos externos, sino en tu convicción interna de que todo lo que esta ocurriendo en tu vida es para tu bendición. Tu fe no aumentara por los prodigios que puedas ver, sino por la unción que derramas sobre tu vida el Santo Espíritu y que te hace experimentar dentro de tu espíritu que Dios esta conduciendo cada uno des tus pasos. No le pidas señales al Señor, pídele que aumente dentro de tu corazón el amor que experimentas por El. Acércate a Jesús con hambre de su persona, no con ambiciones de su poder.
DIOS SIEMPRE NOS DA LA OPORTUNIDAD DE EMPEZAR DE NUEVO Y CADA OPORTUNIDAD ES ÚNICA, DEBEMOS HACER NUESTRO MEJOR ESFUERZO POSIBLE PARA AMARLE SINCERAMENTE.
Y ASÍ PODER SENTIR SU AMOR QUE ES INCONDICIONAL.
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