Tu parte es hacer todo cuanto está en tus manos para tratar de solucionarlos, pero si después de hacerlo no lo has podido lograr, confía y déjame obrar a mí…
Deja de luchar y de tratar de arreglarlo todo, échate a un lado y déjame obrar a Mí. Todo ira mejor si se resuelve según mi voluntad…
No te desesperes, no ores como si trataras de exigirme y obligarme a que cumpla tu deseo. Solo dime con calma y confiadamente cual es tu necesidad y espera…
Evita toda preocupación y angustia sobre lo que pueda sucederte.
No estropees mis planes queriéndome imponer tus maravillosas ideas.
Déjame ser tu Señor y actuar con toda libertad.
Descansa en mí y deja tu presente y tu futuro, en mis manos. Lo único que necesito oír de ti es:
“Jesús, yo confío en ti”
No seas como el paciente que le pide al médico que le cure, pero le sugiere el modo de hacerlo.
Si ves que las cosas empeoran o se complican a pesar de que estas todo el tiempo orando; detente y reflexiona todo lo que quieras, pero sigue confiando y declarando:
“Jesús, yo confío en ti”
Si logras poder confiar plenamente en Mí, a pesar de las circunstancias, de los problemas y de las angustias que se generan porque las cosas no ocurren como y cuando tu esperabas, llegará el día en que te darás cuenta de que mi propósito principal no es solamente cambiar las circunstancias que te preocupan, sino transformarte a ti, para que cada día seas un poquito más como Yo.
“Esa es mi promesa y siempre la cumplo, si solo “Confías en Mí”
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